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Afortunadamente se me pasó el ansia.
La prisa.
La impaciencia.
O quizá es más correcto decir que LAS ACABÉ YO.
Por propia voluntad, porque sí
y por pleno derecho.
El que me tomé harto ya de esos estados que, aunque la gente se cree que son normales, NO LO SON.
Están adulterados.
adulterado
1 – non. Que se ha falseado, desvirtuado, alterado la naturaleza de algo.
Insisto, que quizá lo hayas normalizado no quiere decir que sea lo natural en un ser humano.
Porque el ansia, la prisa y la impaciencia son indicativos de DESCONEXIÓN.
Afortunadamente se me pasó lo de estar desconectado.
Bueno, LO ACABÉ YO.
Porque desconectado se vive mal.
Desagradable.
Esforzado.
Sufriente.
Perdido.
Incluso, como fue mi caso, en vacío interior y sin sentido vital.
TAN LEJOS QUE se está así del propio Ser, del propio Alma…
Sobre todo, la vida se percibe como jodida cuando
no se alcanza a comprender mucho de lo que nos ocurre.
Sobre todo acerca de LO PERTURBADOR.
De lo que te perturba emocional, mental, anímicamente…
Que suele ir APARECIENDO en el cotidiano según se va viviendo…
… en relaciones con la familia, los padres, los hijos, las nueras, los socios, los amantes, las parejas, el hámster…
Sobre todo, vida jodida con “eso” que lleva desde siempre AHÍ,
y que sigue ahí.
Y con lo que no lo pasas bien.
Es más, con lo que lo pasas mal.
DESCUBRÍ QUE quien lo pasa mal es la personalidad.
Y DESCUBRÍ QUE quien lo pasa muy, pero que muy bien, es el Alma.
Y a esto me he dedicado:
a salir de la personalidad, ponerla al servicio y a VIVIR EN EL ALMA.
Bueno, y a enseñarles a los demás a también VIVIR ASÍ.
Porque cuant@s más seamos pues mejor, ¿no?
Y porque soy más de compartir que de que no.
MI REFLEXIÓN
Cada vez que más avanzo en su investigación, más la ostia me parece EL CUERPO.
El humano.
¡TODO está ahí!
Menudo maquinote…
Podría estar horas, enciclopedias y eternidades hablando del cuerpecete.
Pero me voy a centrar.
En un lugar chiquitín y a la vez enorme.
Y no hablo de un meñique hinchado por pisotón.
Hablo de UNA de las glándulas que traemos por diseño.
En el pechito.
Un poquito hacia arriba.
El THYMUS.
La gran desconocido.
Incluso para la ciencia médica.
Un misterio.
Hasta que deja de serlo.
Si se accede a SU VERDAD.
Y esto, como con las personas, solo es posible a nivel energético.
Cuando accedemos a este nivel, a través del plano vibratorio… es cuando la información NOS HABLA directamente y con veracidad.
No como esa otra voz de la cabeza CABRONA
que solo sabe de negatividad, de ser contradicción en tu interior
y hasta de ir en tu propia contra.
En cambio el Thymus solo sabe de Verdad.
Que es LO NECESARIO PARA vivir en el Alma, en Paz, Claridad y Serenidad.
CERO prisa, ansiedad, queja, miedo, neurosis y locura.
Y digo yo… teniendo opción, ¿por qué se seguiría OP-TAN-DO por lo peor?
Por desconexión.
Ignorancia.
Y hasta ya cabezonería, fíjate.
LA IDEA MAGNÍFICA
“Tener la Llave apropiada abre la Puerta apropiada. Tener la Llave exacta abre la Puerta Exacta”.
En mi investigación me llevé un sorpresote.
LO FÁCIL QUE ES conectarse interior e inmediatamente, y conectar con otras realidades del mundo sutil.
Esas que guían de una forma útil, eficaz y buena, buena de verdad.
Que hacen LA VIDA más fluida, sencilla y hasta satisfactoria.
Tan a diferencia de esa intelectualidad pesada, limitada y hasta obsoleta.
Descubrir que la Glándula Thymus es la Llave Exacta para la Puerta exacta al Alma, al Ser, a la Verdad y a lo Sublime…
… son palabras mayores.
La Llave Maestra.
Y descubrirlo por propia experiencia, no tiene precio.
Ahora tienes LA OPORTUNIDAD de tener la Llave para otra Puerta.
Este pedazo de TALLER que vuelve a hacerse tras hace ya unos cuantos años…
(otra Llave Maestra)
… que va A LA DIANA de lo más mágico de tu Thymus, de TI.
Del Alma que eres.
Y de LO FÁCIL QUE ES vivir desde ella.
Que tras el Taller tu conciencia será otra, ASEGURADO.
Para SOLO un número muy determinado de personas.
Las plazas YA se están ocupando.
INFORMACIÓN Y RESERVA DE PLAZA AQUÍ
Y aunque está un poquito vintage, aquí tienes EL VÍDEO
que está muy bien verlo para antes de hacer el Taller.
Con Amor. Siempre.
Francisko Javier