OYE, QUE ORAR NO ES UN CACHONDEO.

Te voy a contar algo acerca de Conrado, muy revelador.

Bueno, Conrado, Conrado, no se llama. Pero por respeto a él no le nombraré con su verdadero apelativo.

La cosa es que en estos días en España se anda con lo que se llama la Semana Santa.

Para unos es un asunto religioso.

Para otros de vacaciones y playa.

Y según Wikipedia es la conmemoración cristiana anual de la pasión de Cristo, es decir, de la entrada a Jerusalén, la última cena, el viacrucis, la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret.

Que parece ser que menuda se lío.

Ya sabes que, hoy en día, hay todo tipo de posturas respecto a la celebración de la Semana Santa: desde el fervor más absoluto para su perpetuación, hasta lo prescindible de lo ya anclado en lo caduco del pasado.

Ambas posturas, y todas las que hay entre ambos polos, con un mismo foco: 

las PROCESIONES,

con sus encapuchados, sus espinas, sus rostros dolorosos, el cadáver de un ser humano muerto en una cruz, los redobles de tambor en medio de un silencio sepulcral, los pies descalzos andando encadenados sobre el asfalto y todo lo demás.

Te he de confesar que cuando era pequeño me cagaba de miedo con todo esto.

Bueno, y Semana Santa también con sus torrijas, esas rebanaditas de pan, empapaditas en leche, o almíbar o vinito, rebozaditas en huevecito, frititas y endulzaditas con miel o azuquitar, aromatizaditas con canelita. O no.

Es sabido que se pueden tomar de postre o bien alimentarse solo de torrijas, una detrás de otra como si no hubiese un mañana, ni un pasado mañana… que algún caso he conocido.

Lo que sí se hace estos días, y mucho, es orar.

Bueno, y todos los días, sí, ok, pero como que en estos sube le volumen del asunto.

Pero… ¿A QUÉ se ora?

¿CÓMO, de qué MANERA y PARA QUÉ?

No vaya a ser que… se esté liando la cosita y esté siendo un cachondeo. Y sin saberlo…

Tranquilidad.

Me explico.

Aquí es donde entra ya Conrado.

Bueno y además de Conrado, otro asunto que me impactó mucho hace un año y que te cuento un poquito más abajo, en la parte de MI REFLEXIÓN.

Al que estoy llamando aquí Conrado, le conocí en el mundo del desarrollo interior. Tuve la oportunidad de verle trabajar en este ámbito en un retiro de fin de semana. Y lo hizo muy bien.

Me sorprendió.

Lo señalo porque hay bastante gente que lo que hace es decepcionar.

Al menos desde mi perspectiva de calidad, profundidad y, sobre todo, de resultados palpables y eficaces para las personas que acuden a esas actividades.

Pero, vuelvo.

En una ocasión posterior, Conrado dijo que estaba cada vez peor de la cadera, casi imposibilitándole andar. Con un bastón que iba, con lo tan joven que es.

Y hasta llegó a decir, que yo le escuché: “Hay cosas que no quiero ver. Hay cosas que no quiero aceptar”.

En fin… De todo se ve en este mundo: 

un estupendo profesional del desarrollo personal que no quiere ver ni aceptar realidades que, por no querer verlas ni aceptarlas, le están paralizando a nivel de la cadera… 

Y siendo consciente.

La cosa es que Conrado me tantea para que le haga una sesión individual canalizada para obtener más información al respecto.

De lo de la cadera, me refiero.

Ni por asomo plantea lo que ni quiere ver ni aceptar.

Le digo que en estas sesiones se va a lo que está oculto y ciego para la conciencia, que son muy potentes y que lo que se obtiene es la Verdad de lo que hay tal como es. Por muy oculto que esté.

Pero esto le da mucho miedo, no quiere saber y se echa para atrás.

Vamos, que así, de sesión, nada.

Bye.

Se caga, como yo con las procesiones cuando pequeño.

Lo que te quiero compartir es lo que fue el momento cumbre de esta situación.

Unos días después, una mañana me envía un WhatsApp, escrito: 

“Necesito esta tarde de tu oración, energía y Amor. Tengo una resonancia magnética, estoy un poquito inquieto y quiero tranquilizarme y que todo salga bien”.

“Que todo salga bien…”. Hay tanta tergiversación en la concepción de estas cosas en la mente de los seres humanos…

En la mente en estado infantil, quiero decir.

“Bien” según la versión de quién, ¿del ego o del Ser?

“Bien”… ¿en función de qué y para qué?

Yo viví un ataque al riñón en una ciudad extranjera de madrugada yo solo sin datos en el móvil.

La gente dice: “¡Qué putada!”.

Yo digo: “No. No te equivoques. Fue lo mejor que me pudo pasar por la toma de conciencia que me proporcionó”.

Esto es lo que le respondí a Conrado, inmediatamente, por audio:

“Hola. Mi oración, energía y Amor los tienes siempre. 

Yo creo que los seres humanos nos entendemos mejor entre nosotros si nos hablamos como y entre adultos. 

Un día te escuché decir: hay cosas que no quiero ni ver ni aceptar, y lo sentí como una punzada en mi interior. 

Entonces… por supuesto que hay seres como yo que podemos enviar nuestra oración, energía y Amor, mas… por mucha oración, energía y Amor que enviemos, hay un orden en la vida que necesita ser respetado para que todo pueda fluir. 

Cuando un ser humano no acepta algo de la realidad tal como es, y se resiste, pelea, discute con la realidad tal como es, el fujo vital, el flujo energético, el flujo profundo del Alma, no tiene un buen conducto. 

No obstante, claro que sí que te envío oración, energía y Amor. 

Lo que pasa es que, si me permites, desde mi libre albedrío, te lo envío no tanto para la resonancia magnética… sino que te envío mi energía, Amor y oración para tu apertura a la aceptación de la verdad tal como es, que es lo único que te va a sanar.

Sé que vas a comprender. 

Un abrazo muy grande”.

No me respondió.

¿A QUÉ se ora?

Y ¿PARA QUÉ? 

¿Para FOMENTAR QUÉ?

La oración no debería nunca ser para pedir, porque debilita, sino para EX-PRE-SAR el poder que cada quien ES.

– MI REFLEXIÓN –

Hace un año, el llamado Jueves Santo, hice el Recorrido de los 7 Templos con alguien a quien quise mucho.

En su país de origen, cuando era pequeño, su abuela le llevaba con ella a recorrer 7 templos.

Después, para almorzar, comían espaguetis boloñesa en un restaurante específico.

Era como un ritual. Todos los años.

Incluidos los espaguetis. 

Y ella era lo más sagrado de la vida para él. 

Sobre todo cuando su abuela falleció.

Él llevaba décadas sin hacer esto y por mi parte, como le quería tanto, me pareció buena idea proponerle que hiciésemos juntos el Recorrido de los 7 Templos la tarde del Jueves Santo.

Bueno, más que buena idea me parecía mágico.

 Y lo fue.

Bueno mágico y un dolor de pies con el que acabé que no tiene descripción.

Qué tarde de caminata…

¡Y sin espaguetis al final! 

Solo un sandwichito.

Pero bueno, a lo que voy, que es lo que me impactó.

Muchísimo.

En esos 7 templos (cristianos), enormes, repletos de gente, nada llamaba a nadie la atención porque lo que estaba ocurriendo era lo normal.

 Pero yo soy RARO.

Y en mi rareza, a mí sí había algo que me llamaba mucho, pero muchísimo la atención. 

En todos los templos. 

En los 7.

Soy pésimo para el motor del coche, para cocinar voy justito para no morir de inanición, muy vago para estudiar inglés. 

Pero muy – muy bueno percibiendo la energía.

Lo que me llamó la atención fue lo que ocurría con la energía de TO-DAS las personas que estaban orando en TO-DOS los templos repletos, en los 7.

La energía se volcaba hacia el exterior.

Todas estas personas, todas, muchas, oraban a algo que estaba fuera de ellas.

Ponían la potencia de su energía fuera.

Y no podía dejar de recordar lo que me impactó al ver a la gente orar en TO-DOS los templos budistas cuando recorrí la India del norte con una mochila:

La energía se mantenía en el propio interior.

La oración en los templos cristianos es un vaciado energético hacia el exterior, al ser un rezo en su versión de poner delante a una divinidad. 

Con lo que jamás puede estar en el propio interior.

El poder puesto deliberada (e ignorantemente) fuera.

Una vez más.

La oración en los templos budistas es una activación energética en el interior, al ser más una meditación, una reflexión intimista. 

Con lo que la divinidad tiene la oportunidad de manifestarse donde realmente está.

El poder puesto deliberada (y sabiamente) dentro.

Por favor, no me refiero a lo que cada quien hace con sus oraciones.

Yo ahí no entro.

Cada quien sabrá.

Ni tampoco estoy haciendo énfasis ni en lo cristiano o budista de los templos, no es esta la cuestión.

¡Todos los templos del mundo me requete-encantan!

Solo hablo de lo que vi y percibí en muchos templos budistas y en el Recorrido de los 7 templos cristianos.

Sin más.

– LA IDEA MAGNÍFICA –

La oración es entre la parte humana y la divina en el propio interior: entre los propios consciente y subconsciente: la conexión con el Ser”.

Y esto en el mayor Templo que existe a la Divinidad: el interior del Ser Humano.

Como siempre digo en mis formaciones, no hay por qué dar por hecho lo que digo.

Pero sé lo que digo.

Ni por asomo quiero molestar a nadie en sus creencias.

No es el tema.

Pero tampoco me voy a callar.

Tan solo que cada quien experimente.

A mí me da por observar, ya ves tú, que la humanidad a lo que se está dirigiendo en todo este recorrido vital es a SU PROPIA DIVINIDAD.

Y que esta, cae por su propio peso, y para mí es que es de Manual, no puede estar “fuera”, donde tanto esfuerzo se ha perpetrado en hacer creer a la gente a través de los siglos

La divinidad sólo puede manifestarse dentro desde dentro

Del yo inferior al Yo Superior.

¿No?

¿Y si el recorrido por esos 7 templos exteriores no fuese más que la alegoría del verdadero recorrido por los 7 templos interiores, los centros energéticos que rigen la vida mental, emocional, física, energética y espiritual de los seres humanos?

Tan solo que cada quien experimente qué ocurre con su mente, que casual no es que se componga de consciente y subconsciente, cada uno con sus funciones exactas y primordiales.

¿Y sabes algo que me impacta más que lo que vi con el uso de la energía tanto en unos sitios como en otros?

La enorme (enormísima) cantidad de personas que desconocen por completo el funcionamiento y empleo a conciencia de lo principal de su existencia: su consciente y su subconsciente.

Porque ahí está toda tu vida.

TO-DA.

Incluidas las que tanto desarrollo personal y espiritual hacen.

Así la gente se despista mucho fuera con lo que se ha de avanzar dentro: la propia divinidad.

Sé que es fácil decirlo.

Vale, ok, pero también lo HAGO fácil, en La Aceleradora.

Quien ha entrado y se ha entrenado conmigo, lo sabe.

Y vive así.

Porque ya sabe hacerlo.

Antes no.

Y así les iba.

Si quieres aprovechar el tiempo con tu dedicación al desarrollo personal y espiritual con un verdadero anclaje de transformación en tus células, prueba a ver si entras en La Aceleradora.

Es mi especialidad.

Te digo que pruebes porque el perfil que no para de llegarme es el de mucha gente que aun con recorrido desarrollo personal y espiritual, y aun reconociendo que lo tienen todo para ser felices, continúan en vacío interior y sin sentido vital.

Y si no miráis si podéis entrar en La Aceleradora para ver si os entreno en lo que de verdad es efectivo… oraré por vosotros y vosotras.

A ver qué voy a hacer sino…

Y te incluyo, ¿eh?

Quiero comentarte, y adelantarte, que con todo esto de La Aceleradora… y con esto de estar escribiéndote… que cada vez me alucina más… y más… y más… se está fraguando algo que más antes que después… te iré desvelando…

Lo que viene es PO-TEN-TE.

Y… bueno…, antes de acabar (por el momento) quiero dejar claro que YO SOY FAN (nivel requete-súper) de JESÚS.

Del tío, del ser humano que se lo curró, del que me invitó a conocer la Verdad para ser y hacerme libre, del que me siento súper colega y cercanísimo. 

No del personaje de ficción que de él creó el ego de alguien a través de la religión, un invento humano…

Sorry.

O no.

Por esto prefiero imaginarle riéndose a carcajadas iluminado de Alegría y Amorabsoluta y contundentemente vital, antes que verle como un cadáver torturado colgando de una cruz.

Y quiero dejar claro también que, el que aquí llamo CONRADO, aunque es cierto que no me respondió, nos vimos poco después, abrazo mediante.

Y nos sonreímos muy bonito cuando nos miramos a los ojos, en profunda aceptación mutua de lo que es tal como es en cada uno de nosotros.

¡Ah!

Y yo oro. 

Y relaciono a voluntad mi consciente y mi subconsciente. 

Y sé lo que hago con mi energía.

Y como torrijas. 

Y voy a procesiones de Semana Santa. 

Sobre todo a una que yo me sé y que me encanta acudir.

A esa.

Aunque es aquella en la que de pequeño me cagaba de miedo.

Pero ahora, ya no.

He madurado.

Seguimos. Siempre.

GRACIAS

Con Amor.

Francisko Javier

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